E P I L O G O
Terminando ese cuarto año fui
designado al servicio médico de la Secretaría de la Defensa; como oftalmólogo.
Como era requisito cumplir dos
años en filas, es decir, en una unidad de tropa, para tener derecho a solicitar
la baja; se me concedió, en poco tiempo, pasar a la Segunda Compañía de Sanidad
en el Campo Militar Número Uno.
Cuando decidí solicitar mi
licencia a fines de 1966, a los veintinueve años de edad, fue, entre otras
cosas, porque consideré ya cumplido un lema que leí, me gustó e hice mío desde
primero de secundaria cuando en clase de civismo me enteré que nunca podría
llegar a ser presidente de la república por ser hijo de españoles …momento en
que, como todo buen toro bravo, ‘me crecí al puyazo’ y decidí ser algo mejor y
más difícil que ser presidente de la república.
“Inter medium montium pertransibunt acquae”.
“El agua pasará a través de los montes”.
De los años en filas y de mi
brinco a la libertad y a otro tipo de esclavitud (la libertad consiste en ser
esclavo de lo que uno elige) espero ocuparme más adelante.
Quiero cerrar esta narración
con algo que me es muy querido:
Es la “Oración de la
Serenidad” de Reinhold, tantas y tantas veces pronunciada a lo largo de mi vida
y que me enseñó un paciente siendo yo muy joven. Oración que aún hoy tengo a la
vista, clavada en una pared junto a mi cama.
DIOS:
Concédeme serenidad para aceptar las cosas que no
puedo cambiar.
Valor para cambiar las que sí puedo,
y sabiduría para distinguir la diferencia.*
_________________
Esta sabiduría es uno de los
tantos nombres que tiene la ‘Calidad’.
El término “Calidad” (así, con
mayúscula; más como sustantivo que como calificativo) es incalificable pero
daré un ejemplo a falta de conceptos retóricos elegantes:
Cuando se mató Arturo Moguel
hubo un teniente coronel de infantería
que comentó ante varios médicos militares jóvenes.
---- Esto se ganan por andarse
saliendo de los acuartelamientos.
Este hombre era, falto de
Calidad. Era como aquel rico de pueblo que platicaba mi madre a quien se le
acercó una viuda pobre con hijos pequeños a pedirle un poco de harina para
amasar su pan ya que se le había pasado la mano al ponerle agua a la suya y se
le había escurrido irremediablemente a la tierra debajo de su pobre mesa.
Aquél rico, a quien le decían
‘el tío sentencias’, le dijo:
---- Harina no te daré pero en
cambio te daré un buen consejo …nunca le pongas tanta agua a la harina.
Si le cambiamos una sola letra
a la palabra Calidad nos queda: Caridad; Caritas … Amor.
No son tan diferentes.
La oración de la serenidad de
Reinhold es para mí un poema psico quirúrgico. La Calidad es el bisturí con el
cual, si le das un corte a la piel del
mundo, todo él se abre de pronto en dos mitades: flexible y rígido; tecnológico
y humanista; clásico y romántico.
Cada mitad tiene lo suyo.
He aprendido que el poseedor
de tal Calidad; de tal sabiduría para notar la diferencia es quien actúa en la
vida como aquel cirujano que obtiene una división de tejidos nítida; que puede
extenderse; trabajar en ambos linderos y profundizar sin perder los planos. Que
sabe cerrar bien de abajo hacia arriba para no dejar conejeras ni hernias en el
futuro (a esto le dicen ‘gestalt’ algunos que hablan en términos psicológicos ó
‘dar el cerrojazo’ quienes gustan de la mecánica). También a veces sabe reabrir
y avivar con finura y limpieza heridas viejas ó defectuosas para lograr mejor
cicatrización y, finalmente a veces sabe tomar la decisión de no cerrar para
que los bordes no cierren en falso y vayan a doler al reabrirse con
cualquier esfuerzo; dejando que la
herida cicatrice del fondo hacia la superficie por si sola con curaciones y
aseo periódico (a esto otros le llaman
‘psicoterapia’).
Que bueno que la cirugía y
esta oración me hicieron entender todo aquello que, andando los años, la
psiquiatría y muchos de sus representantes trataron infructuosamente de meter
en mi cabeza …y es que estos asuntos no son cosas de la cabeza …son cosas del alma.
F I N
México, D F.
Diciembre del 2009
*La palabra “entusiasmo” es, en griego:“enthousiasmos”, literalmente:
“lleno de theos”: “lleno de Dios”. A esta oración
me gusta agregarle: “consérvame el entusiasmo”. AMEN.
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