"El propósito del arte no es una quintaesencia intelectual, rarificada
sino la vida, la brillante e intensa vida."

Alain - Arias Misson

jueves, 10 de enero de 2019

Alma en Tránsito Capítulo 29: Mentes brillantes pero pendejas


29

MENTES  BRILLANTES  PERO  PENDEJAS
( ARCANGELES  DEPREDADORES )


     Los médicos que atendíamos en el Servicio de Oftalmología del Sanatorio Español en 1965 éramos: una luminaria quirúrgica, pero clínico modesto; un buen maestro viejo, aún bastante activo; un gallego muy buen clínico y algo rollero; un viejo refugiado español político, literato, estorboso;  …y yo.

     Hablaré de ellos pues conviví a su lado varios años e influyeron en mi vida como siempre influyeron los médicos mayores a mí, tanto militares como civiles; aprendiendo de ellos: ya lo que ansiaba  ser, ya lo que no quería llegar a ser.

     El que figuraba como cabeza activa del Servicio era el Dr. Heriberto Fernández Isassi. Andaría pasaditos los sesenta y era una dulzura. Siempre amable, poseedor de suave y tranquila voz. Era un magnífico cirujano y nunca operaba con guantes. Esto era propio de cirujanos oftalmólogos viejos, quienes blandían el argumento de que con ellos se perdía finura en el tacto. Los guantes que se comenzaron a usar a principios del siglo veinte para operar ojos eran como los de primera comunión, de lino blanco y desde luego que debe haber sido una monserga operar con eso cubriéndote las manos.

     Que no crea cualquiera que es fácil trabajar finamente con guantes, aún con los finos de látex de nuestros tiempos, en cosas delicadas (cualquiera lava platos con ellos o hace un tacto vaginal o rectal), y menos aún si no te quedan bien ajustados.

     Recuerdo cuando quise aprender algo de mecánica automotriz poniéndome guantes de cirujano para no mancharme las manos y no andar tocando los ojos de mis pacientes con uñas de enterrador. Fracasé rotundamente en mi intento por falta de sensibilidad,  enganchamientos y rupturas que dejaban partes de pellejos digitales de hule entre las tuercas y los tornillos o sueltas adentro del carburador.

     …Un desastre.

     También lo quise hacer así, por idénticas razones, para aprender jardinería (aunque, desde luego, la tierra es más fácil de quitar de las uñas que el agarroso aceite quemado; no se diga de las negras cicatrices en los dedos después de lastimarme con el desarmador luchando con los motores).

     Fue por no haber dominado los guantes por lo que mis aficiones de mecánico y de jardinero no prendieron en mi vida …y ni modo …ya estaba bien de incursionar por tanta afición …que si la guitarra … que si la armónica …que si la pintura y la escultura …que si el Inglés …que si el Alemán …que si el Tae Kwon Do …que si la hipnosis …que si …¡ya párale! ¡¿A quién quieres impresionar?! …aprendiz de todo y maestro de nada.

     Siempre tuve una neurosis dominante en la vida. Quise saberlo todo, quise experimentarlo todo …y me fue como en feria.

     El Dr. Fernández Isassi quiso ser músico en vez de oftalmólogo. Su familia era provinciana (creo que de Jalapa) y cuando comunicó sus intenciones de hacerse músico el papá se lo prohibió poniendo el grito en el cielo. Creía el padre que ser músico consistía en andar tocando un violincito por las calles pidiendo limosna.

     A Don Heriberto sólo le quedó el consuelo de pertenecer a la Asociación Musical Daniel y ser un asiduo asistente a conciertos en Bellas Artes.

     También era muy aficionado a cosas esotéricas como aquello del cordón de plata y los viajes astrales. Recomendaba no eyacular en el coito, para conservar la fuerza espiritual.

     Sostenía haber conocido a un iniciado en no sé que madres, quien, en mitad de un aguacero, era respetado por la lluvia, la cual no caía ni sobre ni alrededor de él mientras todos los demás se empapaban en las cercanías.

     A mí me parecía maravilloso que tanta loca fantasía cupiera en una mente tan seria como la de ese hombre, quien había sido presidente de la primera Sociedad Mexicana de Oftalmología que hubo en el país, habiendo sido él quien la separó de los “otorrinos” (cuando yo era niño recuerdo haber visto todavía un servicio del Sanatorio Español con un gran letrero que decía: “Ojos, Oídos, Nariz y Garganta”).

     Años después tuve un gran amigo médico cirujano prestigiado y rico quien  murió arruinado, depredado por “arcángeles” indígenas y otros pícaros  parecidos que se le metieron en su vida y lo arruinaron. Todo lo que se le planteó y ofreció como una vida maravillosa, útil y feliz terminó con la pérdida de su casa, su consultorio, su clientela, su mujer y un hijo muertos en un accidente automovilístico, y otro hijo en la cárcel. Desechó la oportunidad de invertir y tener un magnífico consultorio en la torre que construimos juntos todos los fundadores del MIG por ser el D.F. “zona sísmica” y haber malas premoniciones por la aparición de un nuevo planeta.

     Yo soy defensor de la lucha por la espiritualidad, pero hay quienes abusan de los demás explotando ese terreno tan sediento del agua refrescante de Dios y haciéndose pasar por iluminados o pertenecientes a la corte celestial. Se pasan de listos …¡ya ni chingan!

     Mucho de lo que se lee en los innumerables libros de autoayuda que pululan y enriquecen a unos cuantos, toda esa filosofía de Sanborn´s se basa en la enorme ignorancia que tenemos los occidentales acerca de la espiritualidad oriental. Todo eso está ya semblanteado en los filósofos “alejandrinos” como mi amado Plotino, ya en el siglo segundo de nuestra era, que supieron conjuntar las filosofías oriental y occidental. Incluso ya se puede leer en obras breves y maravillosas como el Bhagavad Guita de un putamadral de años antes …pero somos ignorantes; renunciamos a la meditación. Los que estudiamos lo hacemos más en extensión que en profundidad …y ahí están las consecuencias.

     Si a esto le agregamos que entre San Agustín de Hipona,  y Santo Tomás de Aquino nos pusieron a Platón y a Aristóteles de pipa y guante, vaya de traje y corbata (estoy exagerando, solamente los cristianizaron) y que Descartes nos puso a Dios allá y a nosotros acá …pues los orientalistas mercachifles y de puesto de periódicos han hecho de las suyas aprovechándose de nuestras angustias y vacíos occidentales. 
   
     Leer viene de “legere” o sea “coger” …¡sí coño! ¡que no te espante el vocabulario!, “cosechar” . Pero al leer hay que poner en juego todos los verbos de esa familia: “inteligir” (saber leer entre líneas), “colegir” (relacionar con otros escritos y conocimientos) y finalmente: “escoger” (este ni falta hace explicarlo; ¿ó sí?)
   
      El Dr. Fernández Isassi me brindó su amistad, me invitó a su casa, me concedió generosamente su charla no profesional y me dio su firma avalándome como oftalmólogo cuando la necesité. Me introdujo como maestro de Oftalmología de los cursos pilotos de la UNAM que se pusieron de moda en los años sesenta en diversos hospitales para los alumnos de medicina de quinto año y fue en estos cursos cuando me di cuenta que, fuera de su experiencia quirúrgica; clínicamente yo lo superaba.

     La cosa fue así:

     Dando mi clase, les explicaba yo a los alumnos los síntomas y signos de la trombosis del seno cavernoso de la dura madre. Este laguito venoso de las meninges cuando se trombosa, es decir, cuando su sangre se apelmaza y lo enloda, lleva a la muerte si no se trata enérgica y rápidamente …y uno de sus primeros síntomas aparece en los ojos. Les advertí a los chavos y chavas (entre éstas había una, guapísima y buenísima, que en los exámenes me cruzaba las piernas de escalofrío mostrándome hasta las entrañas y que ponía a prueba mi estoicismo para poder reprobarla …porque era bien burra) que eso de la trombosis del seno cavernoso era pregunta de examen “a huevísimo”.

     Pues no les miento, de grupos de más de veinte cabron@s sólo uno o dos la contestaban.

     Don Heriberto me corregía la calificación reprobatoria y los pasaba diciéndome que esas cosas  ni él mismo se las sabía.

     Sin comentarios.

     Es más, esos estudiantes y estudiantas, a un año de recibirse, todavía se quedaban alelados si les preguntaba la diferencia entre trombosis y embolia …¡no hay que ser! …está bien que no lo sepan el común de los mortales, pero ¡¿un alumno de quinto año?! …sin comentarios otra vez porque si me pongo a hacer comentarios me echo un libro no más acerca de las lacras y lastres de nuestros sistemas educativos.

     Luego estas decenas de miles de malos estudiantes son los médicos que aspiran a plazas imposibles de alcanzar en los buenos centros hospitalarios y luego andan trabajando en las farmacias de similares a veinte pesos (de hoy en día) la consulta …y aún trabajando por el equivalente a uno o dos pesos por cada una en otros lugares donde tienen que atender a montones de enfermos  en cada turno con sueldos irrisorios (efectivamente lo son; no exagero. Si divides lo que ganan entre el volumen de pacientes no sale arriba de dos pesos por consulta …me cae de madre; y no son lugares de beneficencia ni mucho menos).

     La ley de la oferta y la demanda en México ha hecho de la profesión médica una opción pésima para nuestros hijos y nietos.

     Mientras seamos tantos, la mayoría mal preparados y aspirando a ejercer en las grandes urbes, se nos ofrecerán migajas. No hay de otra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario